Un grupo de edad que la ley protege especialmente es el de los bebés (entre 0 y 3 años). “No se acordará el acogimiento residencial para menores de tres años”, dice la Ley 26/2015 de protección del derecho a la infancia. En cambio, según las últimas cifras publicadas (2019), ese año hubo 599 menores de tres años viviendo en residencias.

La Comunidad Autónoma con más bebés en acogimiento residencial es Catalunya (116), seguida de Andalucía (81) y Madrid (79). En el otro extremo, Aragón y Baleares con 3, y Cantabria y Navarra, que han reportado cero.

“El problema para las administraciones es que el acogimiento residencial es mucho más cómodo que el acogimiento familiar”, analiza Palacios, “porque mientras los centros siempre están ahí, con profesionales contratados para eso, los acogedores son gente a la que tienes que buscar y, si no la buscas, no la encuentras. Cuando el niño entra en la residencia ya deja de ser una urgencia porque está atendido, mientras que el acogimiento familiar es un dolor de cabeza porque hay que buscar familias, valorarlas, apoyarlas…”

Hay que tener en cuenta que “Para desarrollarse normalmente, todo niño necesita que alguien esté loco por él” pero los técnicos han de desarrollar, no puede ser de otra forma, una distancia profesional.

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