La familia Hernández Cara lleva diez años dándole un hogar a niños que por distintos motivos no pueden vivir con sus familias biológicas.

Estrella, madre de acogida, se dijo en el ascensor del hospital, “no puedo quererle mucho esto es temporal, solo tengo que cuidarle”. Y entonces le vio. Era un bebé, estaba en la cuna, rodeado de mucha gente, pero estaba solo. “Sentí una soledad inmensa al verle, estaba tan indefenso que lo cogí y lo olvidé todo. Desde el principio lo quise como si fuera mi hijo”

Una historia muy emotiva que podéis leer pinchando en este enlace