Tiene 11 años y lleva ya seis viviendo una nueva vida, la que le han dado sus padres, Ismael y Antonio, que tenían claro desde que empezaron su relación que querían ser familia de acogida.

Ellos le han enseñado a Alexis a hablar con madurez de sus circunstancias, de por qué ellos han querido darle un lugar que no fuera el del centro donde estaba desde que su madre biológica no pudo hacerse cargo de él.

“Muchas veces me pregunto qué hubiera sido de él si no estuviera con nosotros”, afirma Ismael.

“Estoy muy a gusto con mis dos papás”, dice él sin tapujos.

“La familia es muy importante y, si se trabaja bien, se recogen los frutos. Una casa nada tiene que ver con un centro de acogida. Tiene que haberlos, pero no es lugar para un niño, y aquí recibe el amor y el cariño de un hogar”

Para leer la historia completa pincha aquí